DISCURSO: INICIADOS DEL GRADO DE AMAZONA BLANCA Y CABALLERO TEMPLARIO
Excelentísima Priora Templaria del Valle de
Arequipa,
queridos hermanos de la oficialidad, hermanos
y presentes todos.
En esta fecha tan importante como es la
Iniciación de nuestros hermanos, Iniciación Templaria debidamente
autorizada y respaldada por el Gran Priorato Magistral del Perú, en nombre de
la Orden OS damos la bienvenida con hermandad y compromiso de
caminar juntos este camino Templario.
Recuerden su juramento y que su compromiso es con la Orden y el Cielo es
el que juzga su cumplimiento.
¿Qué es La Orden del Temple?
La Orden del Temple, cuyos miembros son
conocidos como caballeros
templarios, fue una de las más poderosas ordenes militares cristina de la edad media. Se mantuvo activa durante algo menos de dos
siglos.
Fue fundada en 1118 o 1119 por nueve caballeros franceses liderados por Hugo de Payns tras la primera cruzada. Su propósito
original era proteger las vidas de los cristianos que peregrinaban a Jerusalén tras su conquista.
Por ello ser Templario es ser monje y
soldado de Cristo.
Ser soldado del Temple, no es sólo ser miembro de
una Orden, es un estilo de vida lleno de firmeza y carácter que
podemos hacer vivo en nuestra sociedad, es un reencuentro con Cristo, es ser
soldado de Dios, debiendo conducirse en todo momento con humildad, honorabilidad, honestidad, cortesía, solidaridad y con un gran espíritu
de servicio a la Orden y no esperar ser servido por ella.
Ser Templario es asumir un compromiso, primero
con uno mismo y luego con tu entorno ya sea familiar, comunitario, laboral,
etc.
Un templario debe vivir cada día como un crítico
del día anterior, vivir con disciplina y rigor, pasando todas las pruebas que
nos toque vivir, de esta manera cada nuevo amanecer será un paso hacia una
mayor elevación espiritual.
Un soldado del temple no puede estar esclavizado
por creencias sectarias u opiniones estrechas, Dios es la verdad y sin Dios no
hay Verdad. El templario debe siempre
buscar la verdad porque en la verdad está Dios.
Un Templario sabe que la
oración y la meditación son partes importantes de su realidad, aprende a vivir
el momento, vaya al lugar a donde vaya, sabe que su oración es una manera
de llegar al Padre, transmitiendo así
todo el amor que porta dentro de si mismo y repartiendo el bien, la comprensión
y el perdón por doquier.
Cuando esto sucede, todo
ese amor que emana de nuestra conciencia crística, es tan fuerte que agrede a aquellos seres que
no quieren cambiar su comportamiento y mejorar para bien de su entorno, el
Templario es un portador, alguien que ofrece al otro una total intimidad y
discreción absoluta, su mirada bendice a la vez que procura elevar a aquellos
que se acercan a él.
Ese es uno de los objetivos más importantes de un Templario, es irradiar amor, una copia de ese amor que
irradiaba Jesús y vivir de acuerdo con su alma y su conciencia Crística, para
que, de esta manera llegar a ser “ricos” en verdadero amor.
Podríamos decir mucho sobre lo que
significa ser Templario, pero en esencia es escuchar a nuestro corazón,
escuchar la voz de Dios quien radica en nosotros como su Templo, Templo que
debemos cuidar y elevar cada día, para poder irradiar la divinidad que Dios nos
concede y nos brinda en todo momento.
Tengamos siempre presente el mensaje
de Cristo implantado como el Mandamiento principal “Ama a todos tus hermanos como a ti mismo”.
"Non nobis, domine, non nobis, sed nomini tuo da
gloriam".
Muchas gracias
FUENTE: Sor. Margarita Melgar Cardeña. "En ceremonia de iniciación templaria 22/09/2019". Priorato de Arequipa.
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